La Desintoxicación

 

Puede ser que la desintoxicación no sea la fase más placentera del proceso, pero no por eso deja de ser necesaria. No queremos inducirte a creer que tenemos alguna fórmula milagrosa que, sin esfuerzo alguno y de la mañana a la noche puede convertirte en una persona esbelta, sana y feliz por el solo hecho de leer este libro. Tienes que hacer tu parte también. Mi experiencia de los últimos años me permite decir que aproximadamente el 10 por ciento de las personas que ponen en práctica esta información sienten inicialmente cierto grado de incomodidad. Hay ciertas molestias potenciales a las que decididamente se puede restar importancia. Si la desintoxicación es demasiado rápida puede causar grandes molestias. Por eso, más de nueve años han estado dedicados a la experimentación y al perfeccionamiento de un estilo de vida que pueda reducir al mínimo posible esas incomodidades potenciales, y que de hecho así lo hace.

Se ha de tener presente que la acumulación de desechos tóxicos en el cuerpo puede haber ido produciéndose a lo largo de veinte, treinta, cuarenta, cincuenta o más años, de modo que su eliminación no es cosa que pueda lograrse en un abrir y cerrar de ojos. Jamás insistiré lo suficiente en lo enormemente importante que es conseguir esta desintoxicación. Es absolutamente esencial que el organismo sea depurado para que la energía pueda ser liberada y usada para rebajar de peso. En tanto que siga habiendo desechos tóxicos en el sistema, gran parte de la energía de que este dispone será usada para eliminarlos. El éxito de cualquier programa de disminución de peso depende de esta limpieza. La desintoxicación es limpieza, ¡y es imperativa! Es la clave de todo lo demás.

Las incomodidades posibles dependen del grado de intoxicación del cuerpo. Las personas que lo tienen particularmente elevado, o que han tomado regularmente fármacos (recetados o no) corren más riesgo de experimentar molestias temporales que otras personas. La eliminación de residuos tóxicos puede ser efectivamente incómoda, pero es mejor soportar ahora algunas incomodidades menores que ver cómo más adelante todo se nos viene encima hasta el punto de llegar a incapacitarnos totalmente. Lo importante es que la dieta sea tal que pueda efectuar esta limpieza, pero no con tal rapidez que el proceso sea peligroso.

Por el contrario, se lo puede regular de tal manera que el individuo experimente la menor incomodidad posible. Eso es, precisamente, lo que se logra con los menús que sugerimos en la segunda parte del libro*, y que en realidad no son simples menús, en cuanto se ha dedicado una cantidad de tiempo, esfuerzo, estudio y experimentación a perfeccionar la adecuada combinación de las variables para asegurar que la desintoxicación sea tan suave y cómoda como sea posible. El programa de la antidieta es, de hecho, un programa de desintoxicación.

¿Cuales son estas posibles incomodidades? La más frecuente es un abotagamiento inicial del sistema. Cuando uno empieza a aplicar el principio de comer más fruta con el estómago vacío, la capacidad limpiadora de la fruta removerá los residuos tóxicos acumulados, con lo que se provocará edema y formación de gases. Generalmente, esta reacción pasa en el término de cuarenta y ocho horas, y raras veces dura más allá de las setenta y dos. Si esta hinchazón le hiciera a uno aumentar un kilo o un kilo y medio durante los primeros días, no hay nada de qué alarmarse; el cuerpo está preparándose para la tarea que le espera.

También es posible que haya dolores de cabeza o dolores corporales, que uno se sienta súbitamente cansado o ansioso que aparezcan heces flojas o semilíquidas que mucha gente tiende a confundir con diarrea. Nada de esto ha de ser motivo de alarma ni de salir corriendo de casa a buscar algún antidiarreico. Créase o no, el efecto de esta reacción intestinal es positivo, no negativo. La acción limpiadora de la fruta desprende de las paredes intestinales la materia fecal impactada y la elimina así del sistema. Esta aparente diarrea, que no es tal, lo deja a uno sintiéndose ligero y renovado. Quizá sea incómoda, pero sirve a un propósito benéfico. Es imperativo que no se haga nada para detener este proceso de eliminación ni ningún otro. El cuerpo está deshaciéndose de residuos tóxicos. Tampoco hay que preocuparse por la deshidratación. Esta eliminación no lleva aparejados ni temperatura ni otros signos de enfermedad. Con la cantidad de fruta y verdura es decir, de alimentos de alto contenido acuoso que estás consumiendo no queda margen para la posibilidad de deshidratación. Detener la eliminación significaría mantener esos desechos en el organismo y asegurarse un problema de exceso de peso. Las heces semilíquidas rara vez duran más de un par de días. También es posible que en esta etapa se sientan náuseas, al removerse las toxinas que hay en el organismo.

Quizás se observe también una copiosa descarga mucosa por las fosas nasales, pero eso no es un resfriado. Simplemente, el cuerpo está expulsando el exceso de toxinas que se ha generado y acumulado en las membranas mucosas.

Una de las formas clásicas que tiene el cuerpo de eliminar toxinas es lo que se suele llamar un resfriado. Cuando las mucosas están sobrecargadas con más mucus de lo que puede tolerar el cuerpo, sin que se lo vaya eliminando con la rapidez necesaria, los mecanismos de defensa del organismo entran en acción para expulsarlo por la garganta y la nariz. Si cogemos un vaso y empezamos a echarle agua sin parar, finalmente se derramará. Lo mismo sucede con el cuerpo; si hay en él más mucosidades de las que puede albergar, se derramarán.

Hay trastornos digestivos, que van desde gases y flatulencia a dolores crónicos de mayor gravedad o colitis, que son un problema grave en nuestra civilización. Uno de los principales beneficios de comer de la manera que enseñamos en este libro es que esos problemas comenzarán a desaparecer. La adecuada combinación de alimentos y el correcto consumo de fruta serán los principales factores que contribuyan a aliviar esas dolencias. En ocasiones, la introducción de fruta, aunque se la coma de manera adecuada, causará gases y flatulencia. En la mayoría de los casos esta situación no se da, pero sé de algunas personas especialmente intoxicadas que durante dos o tres semanas la padecieron en alguna medida. Todo depende de cual sea el nivel de intoxicación del cuerpo.

Sea como fuere, aunque si se da es una situación incómoda y fastidiosa, es positiva en cuanto es un signo de que se está eliminando la causa del problema. Se ha de tener presente que en cualquier momento en que alteremos nuestros hábitos alimentarios, el cuerpo tiene que adaptarse al cambio, y que al hacerlo puede darnos una sensación inicial de malestar. Lo que hay que hacer es considerar cualquier incomodidad temporal como expresión del proceso de depuración y limpieza, y del retorno a la salud. Experimentarlo es ser testigo de la salud en acción. El cuerpo es poderoso y quiere salir adelante ahora que tiene la ocasión. Y esto puede suceder de muchas maneras diferentes. La reacción del cuerpo cuando de pronto tiene a su disposición un excedente de energía es tratar de eliminar lo antes posible mientras la energía dure, todo lo que sea de naturaleza tóxica Una vez que el organismo se da cuenta de que seguirá disponiendo regularmente de esa energía, comienza a regular la eliminación, y las incomodidades temporales desaparecen. Es importante recordar que no llegan a un 10% las personas que al iniciar la antidieta experimentan alguna incomodidad. En caso de que el lector sea una de ellas, le ruego que no cometa el error de renunciar a su nueva forma de comer para regresar a la antigua. De hacerlo así, sumirá a su organismo en un desconcierto tremendo. Tenga fe en la sabiduría, la inteligencia y la maravillosa capacidad de recuperación de su cuerpo, y agradezca que tenga la integridad y la capacidad de llevar adelante la limpieza. En caso de que cualquier incomodidad se prolongara algo más de unos días, para mayor tranquilidad y seguridad, consulte a su médico.

La eliminación total de toda toxicidad del cuerpo puede necesitar meses e incluso años, pero en pocos días estaremos perdiendo peso y nos sentiremos mucho más activos y vibrantes. El proceso de eliminación se mantiene generalmente sin más incomodidades ni manifestaciones externas. El exceso de peso desaparecerá, habrá un incremento de energía y todo irá mejorando poco a poco. El mayor error que puedes cometer, si te sientes un poco incómodo, es decir al diablo con todo y volver a los hábitos de antes. La incomodidad que sientes es un indicio de la falta que te hacía la desintoxicación, es un punto crítico que no se ha de desvirtuar. Una cosa es segura: tu cuerpo quiere depurarse de cualquier cosa que no contribuya a perpetuar tu salud. Cuando algo empieza a salir, ¡déjalo! Estarás mucho mejor si lo tienes fuera del cuerpo que dentro. Vale la pena volver a señalar que no todos sienten incomodidad. La mayoría de las personas no tienen el menor problema. Simplemente, sentimos que es nuestro deber prepararte para esa posibilidad. Si tú eres una de las muchas personas que no sienten incomodidades, ¡estupendo!. Si no, el estilo de vida que presentamos en las páginas siguientes, hará que el nivel de incomodidad sea el mínimo.

Puedes estar absolutamente seguro de que las pruebas que fundamentan esta manera de comer son muchas. Por ejemplo, como ya dijimos antes, en los Estados Unidos las dos principales causas de muerte son, por ese orden, las enfermedades cardíacas y el cáncer ¡y diariamente mueren de ellas unas cuatro mil personas! Las informaciones más recientes que nos llegan de la comunidad científica señalan que un incremento en el consumo de frutas y verduras puede disminuir la incidencia de ambos grupos de dolencias. En septiembre de 1982 dijeron los médicos del Instituto Nacional del Cáncer: Cambiar la manera de comer podría significar alguna protección contra el cáncer. El primer requisito es reducir la grasa. El segundo, aumentar la cantidad de frutas y verduras. El Instituto Nacional del Cáncer ha hecho de la dieta su principal área de investigación en lo tocante a la prevención del cáncer. En septiembre de 1983, también la American Cancer Society expresó su convicción de que un mayor consumo de frutas y verduras puede disminuir significativamente el riesgo de que una persona contraiga el cáncer.

Como dijimos ya en el capítulo anterior, el doctor Castelli, de Harvard, considera que el riesgo de enfermedad cardíaca puede ser combatido con el consumo de frutas Estoy seguro de que las frutas y verduras pueden contribuir a disminuir la incidencia de estos problemas, dada la eficacia de estos alimentos para la desintoxicación del cuerpo, que, además ayuda enormemente a rebajar de peso.

Recurrir a este sistema hará que el lector pierda peso y no lo recupere. Los únicos factores que podrían impedirle hacer estos sencillos cambios son determinados hábitos que puede tener. Uno de ellos es empezar el día con una comida pesada Otro, mezclar proteínas y carbohidratos. Otro, comer la fruta después de las comidas. Es muy importante que lleguemos a tener algunos hábitos nuevos. En inglés, un viejo dicho afirma que si no te libras de algunos de tus viejos hábitos, vas a terminar donde te lleven tus pasos. Y entre vosotros habrá algunos que no quieran terminar donde sus pasos los están llevando ahora. La manera más fácil de librarse de los viejos hábitos es, simplemente reemplazarlos por otros nuevos y mejores.

Eso es exactamente lo que ofrecemos aquí: un grupo de hábitos mejores, que los lectores pueden usar poco o mucho, como quieran. No es cuestión de hacer tanto que uno se sienta sometido a presión. Tomaos vuestro tiempo, pasadlo bien.

Esto no es nada que hayáis de convertir en una ordalía, y tampoco es una dieta. No es un programa al cual haya que adherirse al pie de la letra. Lo que os ofrecemos es, simplemente, una manera de respetar las limitaciones biológicas del cuerpo y sus ciclos. A partir de lo que dicen los expertos - que necesitamos comer más frutas y verduras - os hemos proporcionado una manera conveniente de hacer eso, precisamente. Hay una manera agradable de tener la vivencia de ese cuerpo vibrante y de buen porte que, como lo sabéis ya instintivamente, debe ser el vuestro.

Este sistema está preparado para que cada uno lo intente con el ritmo que escoja. Está presentado de manera que no cause problema alguno, ya sea que os valgáis de la información tanto o tan poco como se os ocurra. Habrá quien esté sumamente motivado, se adhiera estrictamente al programa y experimente con mayor rapidez que otro los resultados en cuya busca anda. Lo que nos gustaría que entendierais es que se trata de un programa para toda la vida, no para dos semanas o un mes. La información que se os ofrece esta pensada para que os sirva, para que la incorporéis definitivamente a vuestro estilo de vida, de manera que podáis empezar a experimentar el bienestar que os merecéis por el solo hecho de ser humanos.

Ya sabes que tu cuerpo es el regalo que te ha hecho la vida. Tu forma de agradecerlo es cuidar de él lo mejor que puedas; dale una oportunidad de funcionar a su más alto nivel sin el impedimento de los desechos tóxicos y el exceso de peso.

Tu cuerpo quiere irradiar salud, no cargar con veinte kilos de más. Quiere tener la forma que tú sabes que es capaz de tener. Lo único que tú tienes que hacer es facilitar sus procesos naturales, y podrás empezar a sentir la alegría de tener un cuerpo del cual puedas enorgullecerte. Date el gusto de ver aparecer ese cuerpo esbelto que, como bien sabes, ha estado dentro de ti durante todo este tiempo.

Creo que todos podéis ver, por lo que hasta ahora habéis leído, que lo que os ofrezco no es un plan de emergencia para obtener resultados rápidos y temporales. Los principios que enuncio son para ser incorporados a vuestro estilo de vida. Lo que tenéis ahora no es un plan dietético para las horas de comer, sino un plan de vida para todas las horas. Tal vez alguien esté preguntándose si las cosas pueden ser tan simples, si lo único que hay que hacer es comer alimentos con alto contenido de agua, combinarlos adecuadamente y comer correctamente la fruta, y si con sólo eso basta Pues, sí ¡sí basta! Lo más maravilloso de todo es que es así de

simple. La antidieta no es para nada restrictiva; uno conoce los principios y se adhiere a ellos lo mejor que puede, sin miedo de equivocarse. No hay equivocación posible. Simplemente, haces todo lo que puedes y cuando puedes. Mientras hagas algo que está bien, obtendrás alguna recompensa. Tienes todo el resto de tu vida; no te pongas bajo presión. Si los principios te parecen sensatos y estás dispuesto a probarlos, ya está bien. Te hemos dado unos instrumentos para que los uses cuando quieras; eso depende de ti. Como el maestro tallista que puede ir a cualquier parte del mundo y practicar su oficio si tiene consigo sus buriles, tu puedes usar los instrumentos de la antidieta dondequiera que estés, sea lo que fuere lo que estás haciendo, y en cualesquiera circunstancias. Se acabó la época de complicarte la vida. Nada de echar llave al refrigerador, tomar píldoras, contar calorías ni sobrevivir con porciones mínimas.

Esto, en cambio, es una liberación. Puedes comer, y comer bien, y disfrutar de tu comida. Ya no necesitas imponerte otra de esas penosas pruebas de quince días o un mes, tan frustrante cómo contraproducente y cuyos únicos resultados eran temporales. Ahora tienes un método realista y para toda la vida; literalmente, puedes vivir con el!


[FuentesLa Antidieta]

Comentarios